El papel de la educación ha sido fundamental para la comprensión del mundo en el que vivimos y para su evolución. Esta evolución siempre está muy relacionada con las características de las personas, con las ideas que logran desarrollar y con los proyectos que logran implementar en cada época y en cada contexto.
Según Figueiredo (2005), un contexto de aprendizaje es un conjunto de circunstancias que son relevantes cuando alguien necesita aprender algo, señalando aun que además del contenido, es necesario tener siempre en cuenta la interacción, la actividad y las estructuras sociales que la tecnología puede ofrecer. El mismo autor señala que bajo la perspectiva constructivista, el contexto no puede ser localizado ni limitado, estando en gran medida asociado a las interacciones con el alumno. Uno de los contextos más ricos y que viene implicando más gente en el arte de enseñar y aprender es el contexto educativo, del que se destacarán aquí los entornos de aprendizaje, que bajo el punto de vista constructivista, y teniendo en cuenta la opinión de Wilson (1995), son espacios donde los alumnos pueden trabajar juntos y apoyarse mutuamente, utilizando herramientas y recursos de información en la persecución de metas de aprendizaje y en actividades de solución de problemas.
Para que un entorno de aprendizaje tenga sentido y pueda proporcionar condiciones para enseñar y aprender, es fundamental desarrollar estrategias adecuadas a la acción educativa. Así pues, este capítulo tendrá como principales objetivos contribuir para la integración de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el proceso de enseñanza y aprendizaje, a partir de opciones fundamentadas y basadas en la reflexión sobre las respuestas dadas a las preguntas siguientes:
- ¿Cuáles son los principales componentes de los entornos de aprendizaje?
- ¿Cuáles son los recursos más adecuados para el desarrollo de la enseñanza y aprendizaje en los entornos de aprendizaje?
Vivimos en una época en la que la diversidad y la cantidad de recursos tecnológicos abundan en cantidad y en calidad, sin embargo su utilización en los entornos de aprendizaje ha sido bastante reducida. Faltan ideas convincentes y acciones con visibilidad que hagan que los recursos pasen de una utilización esporádica, experimental y secundaria a una utilización regular y efectiva. Así pues, admitiendo que no deben ser los recursos tecnológicos los que determinen la acción educativa, sino que es la acción educativa la que tiene que ser auxiliada por los recursos tecnológicos, es importante que se reflexione y se consoliden modelos de utilización de las TIC que tengan en cuenta no sólo los objetivos educativos, sino también los mejores fundamentos pedagógicos asociados al arte de enseñar y de aprender.
Asumiéndose una perspectiva dinámica de la construcción del conocimiento a lo largo de la vida, es fundamental que la solución de los problemas de hoy fomente un mañana más rico en conocimiento y en el bienestar de las personas.
La reflexión en este capítulo será orientada hacia un público interesado en contribuir para que la enseñanza y aprendizaje sean cada vez más efectivos, tanto para quienes quieren enseñar como para quienes quieren aprender.
