La agrupación de varios trabajos realizados a lo largo de los años en un mismo volumen, que versan sobre un mismo tema, no es más que la prueba fehaciente de que una línea investigadora funciona. Tal es el caso de José Montero Reguera en Miguel de Cervantes. El poeta que fue novelista. Como el propio autor dice, los primeros acercamientos a la poesía cervantina se remontan a veinticinco años antes. Despreciada, ignorada y no estudiada son algunas de las adjetivaciones que se pueden adjudicar a este género cervantino. En su “Nota preliminar”, Montero Reguera, desglosa la estructura de su obra destacando sus llaves interpretativas: Cervantes es inicialmente poeta que encuentra “su mejor medio de expresión no en el verso, sino en la prosa” (p. 22), así como su concepto, metaforizado en una “bellísima doncella”; propone una antología donde vemos a un Cervantes que se acerca a todas las versiones poéticas posibles, manuscritas o impresas; indaga sobre la poesía en su contexto, inserta en la tradición; la importancia de la poesía en los tres Quijotes, incluido el apócrifo y, finalmente, la transcendencia intertextual del verso “Miró al soslayo, fuese y no hubo nada”, a lo largo de los siglos. Por lo tanto, no se trata de un simple libro que reúne artículos.